Fiebre amarilla: mitos y realidades sobre el papel de los monos en su transmisión
Corporinoquia desmiente creencias populares y explica la verdadera relación entre primates y la enfermedad

En respuesta a las crecientes preocupaciones de la comunidad que señalan a los monos como principales transmisores de la fiebre amarilla, la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquía (Corporinoquia) ha emitido un comunicado oficial para aclarar este malentendido que está generando alarma entre los habitantes de la región.
«Existe una percepción errónea que está poniendo en riesgo tanto la salud pública como nuestra biodiversidad», señala el comunicado. «La fiebre amarilla no se transmite directamente por contacto con los monos, como muchos ciudadanos creen».
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El verdadero vector: el mosquito
Según explica Corporinoquia, la enfermedad se propaga principalmente a través de mosquitos infectados del género Aedes y Haemagogus. Estos insectos son los únicos capaces de transmitir el virus a los humanos mediante sus picaduras.
«Los monos pueden ser huéspedes del virus en ambientes selváticos, y efectivamente pueden enfermarse, pero no tienen la capacidad de transmitir directamente la enfermedad a las personas», aclara la entidad ambiental.
Aliados, no enemigos
Lejos de ser una amenaza, Corporinoquia destaca que estos primates cumplen una función vital como centinelas naturales. «Los monos son nuestros aliados en la detección temprana de brotes, ya que suelen ser los primeros en manifestar los síntomas de la enfermedad, alertándonos sobre la presencia del virus en el ecosistema», explica la corporación.
Recomendaciones para la comunidad
Ante esta situación, la entidad ambiental presenta una serie de recomendaciones:
- Evitar tocar monos enfermos o muertos y reportar inmediatamente su hallazgo a las autoridades ambientales.
- Informarse sobre posibles brotes antes de viajar a zonas selváticas.
- Eliminar criaderos de agua estancada donde los mosquitos pueden reproducirse.
- Utilizar repelentes y protección adecuada en zonas de riesgo.
«El verdadero enemigo no es el mono, sino el mosquito. Enfoquemos nuestros esfuerzos en su control y en la prevención», subraya Corporinoquia.
La institución hace un llamado a la comunidad para trabajar conjuntamente en la protección tanto de la salud pública como de la fauna regional, bajo el lema «Construyamos una Orinoquía Sostenible y Biodiversa».